Cuando la menopausia era una fiesta

Texto de Marianna García Legar (Doña Loba).
Para nuestras ancestras la menopausia era una fiesta. Yo recuerdo a mi madre, a mis abuelas y tías abuelas felicitarse unas a otras cuando llegaban a la menopausia. Y si aún no eran muy mayores cuando eso ocurría ¡Mejor aún! ¡Qué suerte liberarse cuanto antes de los embarazos no deseados y poder disfrutar relajadamente del sexo!

Hasta hace menos de un siglo, si las mujeres no morían a lo largo de sus vidas fértiles, podían llegar a tener entre 18 y 25 embarazos, con sus consecuentes partos y o abortos. Y si morían antes, muy frecuentemente era a consecuencia de esos partos y abortos. No hay linaje femenino que no posea una larga lista silenciada de mujeres muertas en partos y en abortos. Estas cosas ocurrían en un contexto de la vida femenina casi inimaginable para las mujeres occidentales de hoy, que podemos controlar nuestra natalidad. Hoy, cuando ya muy pocas de nosotras desean tener muchos hijos, y muchas no tenemos ninguno.

Durante miles y miles de años las mujeres pasaron toda su vida fértil embarazadas, pariendo y o abortando. “Sufriendo” un embarazo tras otro sin poder elegir. En ese contexto, o sea en el contexto natural de nuestra especie, la menopausia era una fiesta porque traía consigo la liberación de tanto parto y embarazo descontrolado que ponía en riesgo sus vidas y desgastaba sus energías vitales.

Por eso era común que las mujeres florecieran después de la menopausia cuando, junto con el riesgo de embarazo, se sacaban de encima el engorro de cuidar hijo tras hijo y, por primera vez, podían poner un poco de atención sobre sí mismas. ¡Desde luego que era una fiesta! ¡No cabía duda alguna, aunque algunas tuvieran sofocos! Y muchas mujeres se sentían felices porque, por fin, había llegado el tiempo de acostarse con sus hombres despreocupadamente. Muchas de esas mujeres, finalmente liberadas de la carga de la fertilidad, florecían como “diosas del sexo” y disfrutaban a partir de entonces intensamente del placer como nunca lo habían hecho antes. Y sus hombres también gozaban de la menopausia, alegres por la parte que les tocaba.
Mujer que ya no Sangra, Julio de 2014.

¿Cómo es posible que actualmente la menopausia se haya convertido en un estigma para la mujer? ¿Qué película de terror nos vendieron… y acabamos comprando? ¿Y cómo puede ser que mujeres despiertas y conscientes sufran ese hechizo patriarcal que les hace creer que la menopausia es una pérdida, en vez de una ventaja?

La menopausia no es una enfermedad, ni tampoco un error de la naturaleza. La menopausia es un milagro evolutivo privilegio del pueblo de las mujeres, que nos libera de la impronta que obliga a todas las mamíferas a desgastarse embarazo tras embarazo hasta la muerte. Aunque sería largo explicar aquí su función en la familia humana, sí podemos decir que la menopausia tiene una importancia esencial en la génesis de la humanidad, ya que sin ella nuestra especie no podría existir como tal. Por eso la naturaleza creó la menopausia, porque significa un progreso evolutivo real y tangible.

Entre otras ventajas la menopausia nos libera del influjo hormonal que nos orienta hacia lo materno, esas hormonas que hacen que nos guste nutrir y cuidar a los demás. A partir de ese cambio hormonal, la mujer recupera -por primera vez en su vida de adulta- la autonomía emocional y la capacidad de centrarse en sí misma de la que gozaba cuando era una niña, antes de la primera sangre. Con la diferencia de que ahora ya no es una niñita obediente, sino una mujer autónoma, hecha y derecha, que lleva consigo la experiencia de los años y ya se ha librado de muchos remilgos.

Pero además la menopausia abre la puerta a la tercera etapa de la vida de la mujer. Un tiempo en el cual todas tenemos la oportunidad de completar nuestro proceso de individuación personal y evolución espiritual mediante transformaciones poco conocidas que, a través de 3 clanes distintos que conforman la comunidad de las mujeres que ya no sangramos, nos presentarán nuevos desafíos y enseñanzas para avanzar en el camino hacia la mujer sabia.

Por estas y otras razones es importante que las mujeres recuperemos los antiguos saberes acerca de nuestra menopausia para que podamos ser iniciadas a las bendiciones del camino de la mujer que ya no sangra. Nosotras ya no nos reunimos en las cocinas con nuestras mayores; hemos perdido esos espacios, y por ello necesitamos ritos de paso que reactiven la transmisión del poder menopáusico de una a otra generación, ese poder que no se usa para dominar a nadie, sino para que germine en cada una la certeza del "yo puedo". Ritos que espabilen y empoderen a las hayan podido caer hipnotizadas por el hechizo patriarcal que denosta la menopausia y la estigmatiza como un drama, logrando con ello dejar fuera de juego a la mujer justamente cuando llega al portal de lo que serán sus años de mayor poder comunal. 

En el año 1.999 comencé a celebrar los retiros de iniciación a la menopausia con el nombre de “Mujer que ya no Sangra”, mediante un rito de paso que dura 5 días durante el cual se construye un portal energético temporal y espacial que, al atravesarlo, nos permite morir al estado de consciencia de los años de la sangre, para renacer a la etapa vital femenina que la menopausia inaugura. 

En este proceso resignificamos el final de la sangre y hacemos el duelo por todo aquello que hemos vivido y que ya nunca volverá a nuestras vidas, el duelo imprescindible para cerrar esa etapa. Libres ya del pasado, y con un mapa personal de lo que cada una tiene pendiente de trabajar en su vida cotidiana para concluir del todo este proceso, podemos enfocarnos en asumir con consciencia los desafíos y las oportunidades que el nuevo tiempo nos ofrece. 

Trabajando entre pares en un lugar donde resplandece la belleza de la Tierra viviremos este tránsito de modo comunal, entendiéndolo como parte de la vida de todas las mujeres a través de un tiempo cuidadosamente preparado -como la ocasión merece- para ser un recuerdo inolvidable que atesorar en nuestras vidas. Así nos integraremos en la comunidad de las que ya no sangran, un espacio donde podremos fortalecer en nosotras la certeza de que estamos viviendo un nuevo florecimiento. 

Ofrendamos a la Tierra la sangre de nuestros años menstruales en un entorno privilegiado con acceso a un manantial sagrado de aguas subterráneas. Un lugar donde podemos reunirnos en la tierra en la que el Consejo Internacional de las 13 Abuelas Indígenas dejó sus bendiciones y sembró su fuego por todas las mujeres de Europa, el día de María Magdalena de 2008. 

“Mujer que ya no sangra” es un retiro residencial de cinco días en el cual celebramos el rito de paso a la tercera etapa de la vida de la mujer, trabajando en fusión con la naturaleza, con la creación de belleza y el arte ceremonial. Con estas herramientas construimos un portal que, al atravesarlo, nos ayuda a soltar los apegos que nos atan al pasado y nos prepara para el camino que se abre ante nosotras. Un camino que, transitado con consciencia, puede conducirnos a la etapa de la vida en la que -finalmente- podremos gozar del mayor tesoro: la libertad de ser auténticamente, ni más ni menos, que aquella que cada una de nosotras es.

Te esperamos en el próximo encuentro. Si sientes la llamada de tu alma femenina al leer estás líneas, estás siendo íntimamente convocada. No dejes de acudir, porque allí encontrarás la fuerza que mantiene los pezones erectos, el semblante irrigado y los músculos dispuestos para el mayor de los saltos. Te recibiremos con los brazos abiertos.


Entrada al manantial subterráneo de la finca.
Mujer que ya no Sangra 2016.

PROGRAMA
• La función de la menstruación y de la menopausia en la familia humana. 
Por qué las mujeres somos las únicas homínidas que tenemos menopausia.

• Duelo y recapitulación de cierre de las etapas vitales de la mujer sangrante.

• Ceremonia de ofrenda de los años menstruales a la Tierra.

• Resignificar los nuevos roles: Integrarnos en la Comunidad de la Mujer que ya no Sangra.

• Ceremonia individual de Iniciación a la menopausia, que se realizará a todas las participantes, una por una.

• Ceremonia de cierre de las funciones biológicas de la matriz para la activación de sus funciones energéticas no sociales.

Arbol de la menopausia
con rezos por las próximas generaciones.
Mujer que ya no Sangra 2010


TESTIMONIOS DE PARTICIPANTES
El trabajo que hicimos me fortaleció mucho esta nueva etapa, despidiéndome de la anterior amorosamente y recibiendo lo nuevo con alegría, conociendo a nuevas hermanas que están en la misma sincronía y compartiendo la vida, siendo consciente de cada momento que vivimos y sanando las heridas del pasado. Quisiera transmitir a todas las mujeres toda la confianza que da Marianna, para dejarnos llevar hasta el nuevo camino que comienza. Un abrazo. Consuelo


Señora de ti misma, que has entrado en otro ritmo de la Creación, ya no sangras, al igual que yo, por ello me presento aquí con el anhelo de dar testimonio de lo que significó para mí la convocatoria que nos hace Marianna para compartir en sagrado círculo de mujeres diferentes ritos que enmarcan desde la belleza delicada y gozosa el contenido más auténtico del pasaje a esta otra etapa de nuestras vidas.
En esta reunión de mujeres se nos recuerda el poder que encarnamos al posicionarnos en la Conciencia de Ser Mujer, para mí ha sido muy importante compartir con otras mujeres este recordatorio: Se abre ante nosotras un nuevo portal, somos invitadas a ver más allá de la forma, el sangrado deja de emerger de nuestras entrañas avisándonos que el potencial de dar a luz a bebes es redireccionado hacia otros actos creativos, por ello es vital “darnos cuenta” que las mujeres somos gestadoras por naturaleza, y así en la complacencia, cada una manifestará según lo sienta.
Siendo la más joven del grupo, a poco de cumplir mis 52 y todavía con alguna gota de sangre que asoma cada tantos meses, me sentí una privilegiada por participar de todo el ceremonial en los inicios de este nuevo ciclo, aunque también se hicieron presentes mujeres que ya hacía años que no sangraban y ello me colmó de alegría, verlas tan hermosas, tan radiantes y con tanto por mostrar de si, fue muy emocionante el escuchar sus voces sabias.
Y pensé: ¡Todas las mujeres tendrían que vivir “esto”!
Y sentí: ¡Una para Todas y Todas para Una!!!!
Hermana, quiero contarte que hemos compartido rituales maravillosos en comunión con nuestra Amada Gaia. El Agua engalanada para nosotras imprimió en el corazón de cada una el curso renovado del agua de nuestra fuente más íntima;  el Aire que sacudía las limitantes creencias que la cultura estampó en nuestras mentes; enraizadas, alimentadas y sostenidas por una Tierra en la que caminaron las 13 Abuelas indígenas pertenecientes a diferentes tribus del Planeta, invitadas también por Marianna a España hace unos años; y elevando nuestro rezo frente al Fuego que ellas encendieron, entregando a su benevolente fulgor nuestros miedos más profundos, conquistando una conciencia mayor del valor de la palabra Libertad.  
Un regalo que toda mujer debería recibir, el espacio sagrado que nos permite recordar quienes somos en verdad.
¡Así es que me reconozco en mi más pura esencia, para esparcir la más exquisita fragancia, la que atesoré en lo profundo de mi corazón en todos los años que me he vivido!
¡Al final del encuentro quedé impregnada de una sensación muy preciosa, y es que mi capacidad de Amor ha crecido, y sigue creciendo, por esto y por tantísimo más que sería muy largo de escribir, me manifiesto por este medio en infinita gratitud hacia ti querida Marianna, te reconozco como una hermana mayor y te expreso mi respeto y amor en un abrazote colmado de Bendiciones!!
También expresar mi gratitud y amor a todas las mujeres con las que he compartido esta visión, cada una fue un puente vivo para que la conciencia individual comulgara en el Divino Femenino.
¡Hasta el próximo encuentro hermanas!
Zía Dusse 


Para mí ha sido precioso participar. Yo había ya hecho mi trabajo personal pero la perspectiva de poder reunirme con otras mujeres que se han sentido “convocadas” por este trabajo me resultaba muy atractiva. Algo así como “cerrar el ciclo” simbólicamente y cerrarlo en grupo, en círculo.
Me han ayudado mucho los rituales. A través de ellos he tomado conciencia de lo que tenía pendiente para dirigirme hacia el próximo lugar. Y también he encontrado una forma poderosa y atractiva de dar el paso hacia la siguiente etapa: La etapa post menopausia. He disfrutado mucho de los días que hemos pasado juntas el grupo de 12 mujeres y Marianna
El lugar es precioso. He salido como más viva, como recogida por la naturaleza, por las otras, por nuestras ancestras... y también con la claridad de ver que me queda un trabajo personal pendiente con el que ya me puesto manos a la obra. Yolanda


Para mí fué un verdadero regalo tener la oportunidad de celebrar un rito de pasaje hacia mi nueva yo, más madura, más completa, más armoniosa. 
El proceso de la pre-menopausia no había sido fácil, con el sistema algo colapsado por los cambios de temperaturas internas, la aparición de alguna enfermedad, el cuerpo cambiante (ahora me sentía joven y ahora medio vieja) ... las emociones andaban como en montaña rusa.
La participación en el encuentro que guía Marianna con sencillez y sabiduría fue un instrumento muy valioso para la integración de todo el proceso interno. La belleza fue el tono predominante y el Amor supo ser nuestra guía. 
Siempre estaré agradecida a Marianna por organizar estos círculos maravillosos y animo a toda mujer que ya no sangra a celebrarlo con el apoyo invisible de las que ya lo hicimos. Mercedes


Mi nombre es Iluminada, voy a cumplir 58 años. Soy madre de tres hijas, terapeuta, y buscadora constante. A mediados de abril participe en el taller “Mujer que ya no sangra”, guiado por Marianna. La estructura de los tiempos, la forma de los ritos, las canciones, el potencial humano de todas las mujeres participantes... Esos elementos dirigidos por una mano experta, en un entorno chamánico, ayuda a las mujeres a concretar la nueva etapa.
La intención de mujeres conscientes enfocada en el mismo sitio, no puede dar mas que frutos, y eso me ocurrió en este taller. Estoy donde estaba, pero de otra manera, siento los beneficios de saber hacia donde debo dirigirme ahora, y esto me es de gran ayuda en esta etapa.
Y en mi día a día, de vez en cuando, mando un pensamiento luminoso para las mujeres de nuestro clan. Ha sido un verdadero placer. Iluminada


El encuentro fue para mi una experiencia intensa y sanadora. Entre las muchas emociones y vivencias todavía se mantiene especialmente vivo en mi el sentimiento de hermandad con el resto de las mujeres, la percepción de la BELLEZA en los cuerpos de cada una de nosotras, el descubrir que como mujeres la vida sigue y nos espera con metas diferentes… Y, como broche final, el sentimiento impagable de llegar a sentirme en un determinado momento como una emanación de la DIOSA. Consuelo



Ceremonia de las 13 Abuelas Indígenas en la Finca Liuramae donde hacemos
la ofrenda de nuestra menopausia. 2008. Foto de M. Villanueva



A QUIEN VA DIRIGIDO ESTE RETIRO:
Retiro para mujeres que ya han dejado de sangrar y son mayores de 47 años. 

Aunque lleves muchos años sin sangrar este trabajo te será útil,  ya que es un rito de paso a la tercera etapa de la vida de la mujer, en el que han participado mujeres de hasta 78 años.

No son necesarios conocimientos previos de ningún tipo. 

NO ES es un trabajo para instructoras o acompañantes de menopausia o climaterio, 
si este es tu caso habla con Marianna antes de apuntarte.

LUGAR del RETIRO RESIDENCIAL:
Finca Liuramae. Borja, Zaragoza.

FECHAS y HORARIOS del RETIRO:
El trabajo comienza el viernes 22 de marzo a las 16.00 h, (llegada a las 14 para comer antes de comenzar) y concluye el martes 26 de marzo a las 12 h.

INFORMACIÓN e INSCRIPCIONES:
WhatsApp al 652114232

SÓLO 20 PLAZAS

Mujer que ya no Sangra, Agosto de 2004